Kopykake . Ese objeto de deseo que rivaliza por ganar el primer puesto junto con la Kitchen Aid.
A ver, ahora que levante la mano el que tenía que hacer en el cole los dibujos de las láminas de Emilio Freixas. Casi todos.
Cada vez que te tocaba hacer una de esas láminas era “morir por Dios”, a no ser que… la calcaras encima de la ventana de tu cuarto y simplemente le dieras tu toque “personal” para que no se notara mucho. A ver, ahora que levante la mano el que no lo haya hecho nunca. ¿Nadie? Mentirosillos…
Bueno pues, en mi caso particular, no sirvo para dibujar ni encima de una hoja de papel, y ni mucho menos encima de una galleta. Hace unos meses leí un magnífico tutorial de Sweetopia en el que hablaba de cómo usar el proyector Kopykake para calcar dibujos sobre galletas y, de paso, daba unas ideas acerca de las alternativas al KopyKake. Entre ellas los transfers de glasa sobre láminas transparentes, así que en esta última remesa de galletas me he animado a utilizar esta técnica y aquí os pongo el paso-a-paso de cómo lo hice por si a alguien le interesa. ¿A nadie tampoco? Bueno, esta vez puede ser verdad, jajaja
Primero imprimimos el dibujo que nos interese. Como transparencia, según cuenta Sweetopia en este vídeo, se pueden usar unas de impresora HP, pero nosotras, desde que nos hemos tirado a la piscina de la impresión comestible, vamos guardando como oro en paño las láminas a las que vienen adheridas las hojas de pasta de azúcar una vez que las imprimimos y tenemos la seguridad de que son aptas para uso alimentario. Así dormimos mejor por las noches. Untamos la lámina con este magnífico spray desmoldante para poder separar mejor los transfers. Para trabajar más cómodamente recortamos la lámina en trozos más pequeños dependiendo de los dibujos que vayamos a calcar:
Ahora ya sólo nos queda situarnos en el dibujo que vayamos a calcar e ir rellenando con glasa:
El inconveniente es que esta técnica es bastante socorrida para realizar contornos, una vez que has hecho el relleno con glasa, te quedas “ciega” porque lo has tapado, pero para mí es bastante útil tener ya el contorno hecho. Una imagen vale más que mil palabras:
Cuando ya tengamos hechos los dibujos, esperamos unas 6 u 8 horas a que se sequen para poder despegarlos. ¡Ojo! Que estos transfers son extremadamente delicados, sólo con mirarlos ya se están rompiendo. Por eso hay que hacer siempre unos cuantos más de sobra por si acaso ocurre una “desgracia”:
A la hora de pegarlos hay dos técnicas. Os pongo las ventajas e inconvenientes que nos podemos encontrar:
1) Tenemos la galleta recién cubierta con glasa fresca y echamos el transfer sobre la glasa directamente, como hace Sugarbelle.
Ventaja: ya no necesitamos pegamento alguno, el transfer quedará mejor asegurado y nivelado.
Inconveniente: podemos cargarnos el flooding que acabamos de hacer.
2) Pegar el transfer cuando el relleno de glasa de la galleta ya está seco. Lo pegamos con un poquito de glasa, con pincel si el transfer es robusto o con una gotita de glasa de la boquilla si es delicado, teniendo cuidado de no hacerlo muy cerca de los bordes para evitar que sobresalga cuando apretemos (delicadamente) el transfer contra la galleta.
Ventajas: el riesgo de arruinar la galleta es mucho menor, y si nos equivocamos al colocarlo en el sitio, siempre podemos desplazarlo un poco.
Inconveniente: si la glasa del relleno no está nivelada, el transfer quedará al aire, con lo que correremos un mayor riesgo de rotura.
En este caso he utilizado la técnica de esperar que la glasa de la galleta esté seca:
Y el resultado en conjunto:
Un beso,
Estíbaliz