Almendros en flor para Abby

Como sabéis estos almendros en flor no los he hecho ni en un día, ni en dos. Son las cosas de tener un trabajo fuera de casa, otro dentro y dos niñas pequeñas. Pero ¿quién dijo miedo?
Empecemos por el principio: Las flores. Tenía decidido hacer transfers, pero vete tú a saber por qué, me acordé de unos mini cortadores de fondant que llevaban meses arrumbados en el fondo del armario. Así que no he hecho exactamente transfers, sino galletas-transfer.

Hacer galletas muy muy pequeñas es muy muy fácil si se siguen los siguientes pasos:
– Estirar la masa a 2 mm uniformemente.
– Cortar las galletas antes de enfriar la masa sobre tapete de silicona. Lo del tapete de silicona es importante para que la galleta no salga con el cortador y se quede en el tapete, que es donde la queremos. ¡El mundo al revés!
– Enfriar las galletas. No vale un poco, Estíbaliz, tienen que estar varias horas en la nevera. (Por alusiones: jajajajajaja)
– Y luego “desmoldarlas” como si fueran cubitos de hielo: «clac, clac, clac», directamente sobre la bandeja donde las vayamos a hornear
– Hornearlas unos 2 ó 3 minutos.

Decorarlas es casi igual de sencillo. Se ponen 6 puntitos, uno por cada pétalo y otro más en el centro y se unen con un palillo. Luego un puntito verde y con otro palillo se dibuja una estrella. Y finalmente encima de estrella verde otro punto rosa. ¿Fácil verdad? Por si acaso aquí tenéis el vídeo.

The smallest cookies ever from Mensaje En Una Galleta on Vimeo.

Como lienzo para dibujar nuestros almendros necesitamos galletas rectangulares. Yo utilizo mucho cortadores con ondas, porque son  más fáciles de delinear que los rectos ¿no os lo creéis? Pues vamos a surfear:

Waves from Mensaje En Una Galleta on Vimeo.

Esperamos pacientemente, un día o más, a que la glasa rosa está completamente seca, muy seca, sequísima, porque vamos a utilizar encima de ella glasa marrón muy oscura y no queremos que se corran los colores. Ya tenemos el lienzo y las flores: ¡nos falta el árbol! Lo siento no hay vídeo, pero es sencillo también, se dibuja el tronco y luego ramas en espiral. Adoro las espirales. Y esperamos a que se sequen con los dedos cruzados.

¿Habéis visto lo monas que quedan las cápsulas de cupcakes planchadas? Consejo: quitadle el agua a la plancha y poned el selector de vapor a 0.

Estas galletas las hice para una persona muy muy especial. Son las galletas a las que más cariño les he puesto y mira que les suelo poner cariño a todas las que hago.

Un beso,

Miriam G.

Violet Disaster o de cómo las cosas no salen siempre bien.

Envalentonada por tres éxitos chocolateros consecutivos (besos de chocolate, corazones derretidos de chocolate y huevos de chocolate, y por éxito entiendo que «algo» que he pensado hacer,  sale más o menos según lo planeado), me lié la manta a la cabeza y decidí embarcarme en un nuevo proyecto de galletas después de ver esta foto de Fresa Fiori, que hace cosas preciosas:

Y sin encomendarme ni a Dios ni al diablo decidí que mi próximo proyecto se llamaría “Murrinas Millefiore Cookies”, sabrían a violeta y tendrían aspecto de violetas.  Me pasé buena parte de la noche viendo videos en Youtube sobre cómo hacerlas. ¡Parecía tan fácil! Os dejo este que es para hacer caramelos,  la técnica es muy similar, pero el producto final resulta mucho más dulce:

¡Gracias por el enlace María Villar Saborido!

El miércoles hice masa y la teñí.

A continuación pase horas, literalmente, haciendo rulitos de masa coloreada a base de superponer finas tiras de  la misma.

No quiero acordarme.

Pero es que la masa de galletas, no es arcilla, ni caramelo, ni ningún tipo de polímero, ni nada que se le parezca. Hice las barras de los pétalos muy grandes, las acople mal y, por más que esperé a que se enfriase el cilindro final, a pesar de utilizar uno de mis super cuchillos de cerámica japoneses, el corte transversal de la masa era feo, irregular y rugoso.  ¡Un desastre!

Así que me di el gusto de hacer como los artistas de las películas, destrozar mi obra en un ataque de irá  a base liarme a golpes con el rodillo.

¡Feliz fin de semana!

Un beso, Miriam G.

Cómo hacer huevos de chocolate (de galleta)

Ya llevo 10 años viviendo en Málaga (según mis cuentas menos) pero el calendario tiene muy mal carácter. Este invierno por primera vez se me han escariado las manos y los labios, sí, sí, sí hace frío, y eso ha terminado de empujarme en brazos del chocolate. Tengo que decir que nunca hemos estado muy lejos porque yo como cantidades ingentes de chocolate, del de verdad, del que lleva una alta proporción de cacao en su composición.  Para saber si a alguien le gusta el chocolate solo hay que preguntarle qué chocolate le gusta más, sólo hay respuesta posible, el negro.  Quien diga «me encanta el chocolate con leche» tiene el mismo valor que si os dijera que le gusta la nocilla: ninguno.

Lo primero que intenté para decorar estas galletas fue rellenar una manga pastelera, ponerle una boquilla del 2, hacer el contorno y después rellenarlo, fue un desastre y afortunadamente todos los documentos gráficos que lo demuestran han sido destruidos.

Así que decidí tirar la toalla, pero me apetecía tanto hacer huevos de chocolate cubiertos de chocolate, que a la media hora la recogí. Y encontré este vídeo:

Y no haría falta ninguna explicación más, pero como soy de hablar, os voy a dar algunas:

· Lo más importante para trabajar con el chocolate es la temperatura, si cortas el huevo demasiado pronto se queda pegado al tapete y se deforma. Si lo intentas demasiado tarde se quiebra. Así que hay que fracasar 4 ó 5 veces hasta que coges el punto exacto para cortarlo.

· No usé papel de horno, lo sustituí por un tapete de silicona y el resultado fue mucho mejor. El chocolate queda perfectamente liso y brillante (por favor no lo toques porque el contacto con tu dedo a 37 ºC lo vuelve mate y eso ya no hay quien lo arregle).

· Como no tenía guías usé dos reglas que lavé perfectamente, y además deseché el chocolate que entró en contacto con ellas, porque no son de uso alimentario, pero tienen la altura perfecta.

· Para mecer, digo extender, el chocolate use un cuchillo por el lado que no corta.

. Si mueves demasiado el chocolate se enfría y pierde fluidez y te queda un churro como éste:

· Para pegar el chocolate a la galleta usé chocolate derretido que  extendí sobre la galleta con un pincel y a continuación coloqué los recortes de chocolate y les di la vuelta sobre el tapete de silicona.

Así de fácil. Y os puedo asegurar que con que el chocolate de cobertura que utilicéiss sea un poquito bueno resultan deliciosas.

Un beso, Miriam G.

Tengo el corazón derretido, literalmente.

Al ver esta foto lo lógico es pensar: ¡Uhm chocolate calentito! Pues no, el mini cupcake no acaba de salir del horno. Está a temperatura ambiente, y eso que estos días en mi casa hace más bien frio. ¡Dios mío!, ¿por qué el constructor malagueño no instala nunca calefacción?

Y os preguntareis en qué consiste el truco. Pues en poner leche condensada para que al fundirse el chocolate se mezcle con ella.

¿Leche condensada?  Leche condensada desnatada, que fue lo que encontré cuando abrí la nevera, la utilizo como pegamento para la pasta de azúcar.

¿Os acordáis de las falsas galletas coulant? Pues quería hacer falsos mini cupcakes coulant para San Valentín. El truco del coulant auténtico es que se sirve caliente,  recién hecho. Si se enfría ya no es coulant.  Me puse a buscar recetas por la red, pero en todas se repetía lo de poner un trocito de chocolate dentro, pero es un hecho cierto que cuando se enfría el chocolate vuelve a su estado natural, es decir, la solidez, y yo lo quería derretido para siempre. La primera idea fue «ponle un pegote de Nocilla, Miriam…» Pero es que yo no soy «nocillera», ni «nutellera» ni nada que se le parezca,  a mí me gusta el chocolate  y, si puedo elegir, no bebo cava,  prefiero y bebo champán francés, ja, ja, ja.

Tenía además un chocolate Valrhoma buenísimo, esperando a que encontrase la receta adecuada para él. Entonces se me ocurrió: ¡tengo que disolver el chocolate en un líquido! Abrí la nevera y lo primero y, para qué engañarnos, lo único que encontré fue leche condensada.

Así que preparad la masa de vuestra receta preferida de cupcakes de chocolate, la mía es ésta. Esta vez sólo la modifiqué un poquito, cambié el azúcar por azúcar moreno, por aligerarle un poco el dulzor, para que luego la leche condensada lo equilibrase.  Y no le eché aroma de avellanas, sino doble ración de vainilla.

Se rellenan las capsulitas un poco más de mitad, se pone la leche condensada con alegría, sin timideces, y encima el chocolate (con el chocolate uno siempre tiene que ser generoso), después se cubre lo justo y al horno 8 ó 9 minutos. Y os aseguro que son los auténticos mini cupcakes voladores, casi no consigo que el padre de las criaturas los probara.

Las capsulitas son de Wilton, pero los toppers los hicimos nosotras, entre las tres. El otro día les compré a cada una unas tijeritas de ondas, y llevamos entretenidas un montón de tarde con todo tipo de trabajos manuales. 1,65 cada tijera, anda que si lo llegan a saber los Reyes Magos…

¡Feliz San Valentín a todo el mundo!

Un beso, Miriam G.