¡Quiero Violetas!

¡Hemos llegado a 500 seguidores en Facebook! Para celebrarlo realizaremos un sorteo cuyas reglas son sencillísimas:

1.      Puede participar todo el mundo, independientemente de su ubicación geográfica. Me ha costado horrores convencer a Estíbaliz pero finalmente lo he conseguido (soy inocente, señoría).

2.      El ganador tiene que ser seguidor de nuestra página  de Facebook.

3.     El ganador se elegirá al azar entre todos aquellos que dejen un comentario en esta entrada y que diga literalmente una de estas dos cosas:

a.       “Quiero violetas”

b.      “Las violetas a primera vista son azules”

4.     El sorteo se realizará el día siguiente de mi vuelta de Ponferrada, todavía no me he ido, y aun no sé cuando lo haré, pero calculad que  volveré el 18 ó 19.  Así habrá tiempo de sobra «por si por eso» de Agosto y las vacaciones.

5.     El afortunado ganador recibirá en su domicilio un lote de nuestras famosas galletas con sabor a violetas.

Un beso, Miriam G.

Spain in the Summertime (Decorando con niñas)

El mejor cumpleaños del verano siempre es el de Gonzalo, con diferencia.   Ayer nos lo pasamos en grande, los niños y los padres.

Mis dos hijas quieren mucho a Gonzalo, así que esta vez las galletas las hemos hecho entre las tres y el tema no admitía discusión, querían echar una mano, y me la echaron.

Del diseño original las galletas conservan los toros, Gonzalo los adora, y  los colores. No me puedo quejar, de las treinta galletas proyectadas 22 acabaron en la caja. Estoy muy orgullosa de mis niñas.

Cuando leo a esas grandes galleteras que relatan cómo sus madres y abuelas siempre tenían el horno encendido y las cocinas llenas de galletas decoradas secándose me consuelo pensando que mis niñas podrán decir lo mismo.

María tiene poco más de dos años y medio y mirad lo que es capaz de hacer. ¿A que no está nada mal? Eso sí, más de 4 ó 5 seguidas mamá no la dejaba.

Os dejo una preciosa canción, Spain in the summertime. No os perdáis en el tercer verso el “You are no toreador!” Y el resultado final de las galletas.

La mitad de MEUG, es decir servidora se va unos días de vacaciones. Dejo a Estíbaliz al mando (¡horror!).

Un beso, Miriam G.

Helados en tarrina

A punto he estado de no escribir esta entrada, de no enseñaros estas galletas. Finalmente han pesado más las cosas que quería contaros que lo decepcionada que estoy con el resultado final. Soy como un niño de dos años, imagino cosas que soy incapaz de materializar con mis  manos y claro, me frustro. Pero además es que las he decorado con María agarrándome el brazo para ayudarme: «Mami, mami ¿Ayuda? ¿Ayuda?»

Cosa que quería contaros número uno: con tres cortadores habituales conseguimos uno que no lo es, al más puro estilo Sugarbelle. Éstos son los que he utilizado yo para mis helados en tarrina.

Cosa que quería contaros número dos: Si preparáis e imprimís en pasta de azúcar unas etiquetas monísimas a juego con la nueva web pero en chiquitito para ponérselas a las tarrinas de helado, no las dejéis donde se pueda llegar encaramándose a una silla, porque llegará María, os las birlará, las hará bolitas y las incrustará en vuestra preciosa alfombra de fibras vegetales.

Cosa que quería contaros número tres: Una nueva utilidad para el palillo de dientes, sabéis que es ideal para explotar burbujas, para hacer dibujos en la glasa, pues también sirve para mejorar las esquinas, en «a» utilicé palillo y en «b» no. Sé que la diferencia es pequeña, pero se nota.

Cosa que quería contaros número 4: De momento la regla “Grandes colores, malos sabores” sigue vigente. Los colorantes americolor consiguen tonos preciosos y tienen potencia, pero ¿no notáis que añaden un retrogusto desagradable a la glasa?  Yo sí. Así que esta semana he experimentado con los famosos colorantes argentinos. Son realmente potentes, para conseguir el rosa chicle de la foto bastó con una puntita. Pero de ese sabor final, no nos libramos.

Cosa que quería contaros número 5: No dejéis ninguna gota de glasa en la mesa de la terraza. A pesar del “retrogusto”, a las hormigas les encanta.

Un beso, Miriam G.

No prepares glasa con humedad ambiental y otros 10 errores a evitar

Llevaba meses queriendo hacer galletas para mis dos preciosos sobrinos, niño y niña, viven en Madrid. La semana pasada me lo marqué como objetivo único y excluyente, hacer un buen montón de galletas, muy sabrosas, y con dibujitos animados, y ninguna galleta más hasta que no terminase ésas.

Problema número 1: la masa. Tuve que hornear dos veces las galletas, porque como todos sabemos “festina lente”, y por no esperar a que la masa estuviese lo suficientemente fría antes de estirarlas, me salieron burbujas en la mitad de la galletas. Solucionado, me las he comido.

Problema número 2 (y gordo): la glasa. ¿No os ha pasado alguna vez que después de 100 mayonesas perfectas, una mañana se os corta una vez tras otra? A mí no. Nunca. Y con la glasa tampoco: siempre dura como una piedra al secarse… hasta la semana pasada. Entre viernes y sábado preparé glasa 4 veces y, siempre parecía ir todo bien, las dos primeras veces incluso las teñí de varios colores. Pero con el paso de las horas en lugar de endurecerse adquiría un aspecto ligeramente poroso y al presionar con mi dedo se hacía polvo. Siempre que hago glasa cojo una boquilla del 16 y echo sobre un papel de horno una tirita, al cabo de un rato largo se endurece de tal manera que cuesta romperla, y si se rompe se hace trozos en vez de convertirse en polvo.  Este es el aspecto (consistente) que tiene que tener:

Los que vivís en Málaga sabéis el tiempo que tuvimos el fin de semana: levante y una humedad que se cortaba. Pero en Málaga no ocurre como en Mary Poppins, donde se canta “Viento del este y niebla gris, anuncian que viene, lo que ha de venir” y entonces llegaba una bruja buena, Mary Poppins. Aquí (Málaga) llega una bruja mala que te arruina la glasa con una facilidad misteriosa.

El domingo a media tarde cambió el viento, entró poniente que se llevó la humedad ambiental (¡Desde mi terraza creo que podía ver hasta Fuengirola!) Los colores del horizonte eran otra vez brillantes, como patrocinados por la gama “electric” de Americolor. Con poniente y sin humedad la glasa me salió perfecta.  Conclusión, nunca hagas glasa si el viento no es favorable ja, ja, ja.

Aquí os dejo otras 10 cosas que intentamos evitar:

•    No te comas la masa cruda:  engorda
•    No te comas la masa horneada:  no te engañes, sigue engordando
•    No te comas la glasa:  sí, no lleva grasa, pero también engorda.
•    No tires la glasa que te sobra, puedes hacer rosas o centros para margaritas, por ejemplo.
•    No hagas nunca las galletas justas:  siempre se rompe alguna, o la estropeas, o tu hija te la quita.
•    No dejes nunca las galletas al lado cerca de algo que se pueda derramar, porque se derramará, y lo hará sobre ellas.
•    No te inclines sobre las galletas cuando las estés decorando (ya sé que estás cansada) pero las líneas y tu espalda saldrán perjudicadas. (Elevate your work)
•    No le añadas agua a la glasa sino es con un flis-flis.
•    No te pases añadiendo colorante, los tonos suben, para cuando las burbujas de aire lleguen la superficie, tendrás un tono o dos por encima del original.
•    No uses una manga pastelera 4 horas después de haberla llenado. El agua se habrá separado y te arruinará la galleta. Sácala, remuévela y vuelve a esperar a que suban las burbujas. Parece un rollo, pero no lo es tanto con este método.

Para acabar os recomendamos una lectura similar a ésta, pero de mucha mayor utilidad: 10 Keys to Cookie Decorating Success {Or 10 Mistakes to Avoid}

Casi no las pongo, estas son las galletas que van camino de Madrid: