Todos hemos tenido de pequeños nuestro álbum de cromos. Yo recuerdo con mucho cariño el de E.T., también el de la Batalla de los Planetas, el de Willy Fogg, el de la Abeja Maya…
Me quedé con las ganas del de Candy Candy.. ¡qué bonitos eran los dibujos de Candy Candy!
Desde que aquellos álbumes entrañables dejaron de coleccionarse han pasado ya unas cuantas décadas. Luego te casas, vienen los hijos, los hijos crecen, van al colegio y empiezan a coleccionar cromos:
-“¡Mami, Rubén tiene los cromos de los Invizimals!”
-“¿Yesoqueesloquees?”
-“Pues son unos animales que están tó-guapos” (nótese el vocabulario de la infancia del siglo XXI)
Y como todos sus amiguitos tienen los dichosos cromos, tu niño no va a ser menos. Así que ya tenemos comprado el álbum y unos cuantos cromos de estos “entrañables” animalitos
Como no teníamos bastante con los cromos, también había que hacerlos en galletas:
-“Mami, ¡tengo una idea! ¿Y si a mis amigos les hacemos galletas de los Invizimals?”
Lo que faltaba. Pero bueno, he sido débil y no he podido resistirme a los ojillos de “gato con botas” que me puso Germán.
Le comenté la idea a nuestro “Departamento de Diseño Gráfico” (o sea, Miriam) y se puso manos a la obra. Me buscó unas cuantas de estas abominaciones gráficas y al verlas plasmadas en galletas han resultado hasta preciosas. ¡Quién lo iba a decir!.
Aquí podéis ver cómo quedaron cuando conseguimos atraparlos:
Esta tarde me las he llevado a la fiesta del cole y las he repartido entre los coleccionistas. Ver la cara que han puesto los niños cuando han visto de qué eran las galletas ha sido maravilloso.
Un beso,
Estíbaliz