La época del año en la que más echo de menos Ponferrada es esta. Me encantaban las cosas de después de la Encima. Los aceroles, el olor a pimientos, volver al instituto, pero por encima de todo las castañas. No hay nada en el mundo que me guste más que una castaña asada, nada.
Me gustan pilongas, cocidas, en cremas dulces o saladas. En almibar también. Y estas son las que he utilizado para preparar esta receta. Si se le puede llamar receta a un postre hecho de remiendos:
· Pasta Filo
· Castañas en almibar
· Crema rápida de limón.
Empecemos por la explicación de la crema de limón, que he estado a punto de llamar, crema sin sofisticación. No me la he inventado yo, en el Bierzo forma parte de muchas cartas. Los ingredientes son sencillos y para elaborarla solo tenéis que revolverlos:
· Yogur de limón o natural según el gusto.
· Leche condensada al gusto, a mí me gusta con poca.
· Zumo de limón, lo habéis adivinado, al gusto, a mi me gusta con mucho.
Combinar esta crema de limón con castañas, tampoco es idea mía. Pero aquí llega mi parte, servirla en flores de pasta filo. Y es sencillísimo prepararlas. Sólo hace falta papelitos o moldes de magdalenas, pasta filo y el almibar de las castañas…
Cortamos la pasta filo con cortadores redondos de distintos tamaños, y la disponemos primorosamente para que los distintos círculos formen una cestita-flor. Cada pétalo lo humedecemos con un poco de almibar, para que se peguen entre sí y no se partan. Horneamos hasta que estén doradas, esperamos a que se enfríen para desmoldarlas. Y reservamos hasta la hora del postre.
Justo en el momento en el que las vayamos a servir les ponemos una castaña en la base, las rellenamos con la crema de limón y las coronamos con otra castaña. ¡Listo! Tenemos un postre sencillísimo, riquísimo y que dejará a nuestros invitados con la boca abierta y hecha agua.
Un beso, Miriam G.