Envalentonada por tres éxitos chocolateros consecutivos (besos de chocolate, corazones derretidos de chocolate y huevos de chocolate, y por éxito entiendo que «algo» que he pensado hacer, sale más o menos según lo planeado), me lié la manta a la cabeza y decidí embarcarme en un nuevo proyecto de galletas después de ver esta foto de Fresa Fiori, que hace cosas preciosas:
Y sin encomendarme ni a Dios ni al diablo decidí que mi próximo proyecto se llamaría “Murrinas Millefiore Cookies”, sabrían a violeta y tendrían aspecto de violetas. Me pasé buena parte de la noche viendo videos en Youtube sobre cómo hacerlas. ¡Parecía tan fácil! Os dejo este que es para hacer caramelos, la técnica es muy similar, pero el producto final resulta mucho más dulce:
¡Gracias por el enlace María Villar Saborido!
El miércoles hice masa y la teñí.
A continuación pase horas, literalmente, haciendo rulitos de masa coloreada a base de superponer finas tiras de la misma.
No quiero acordarme.
Pero es que la masa de galletas, no es arcilla, ni caramelo, ni ningún tipo de polímero, ni nada que se le parezca. Hice las barras de los pétalos muy grandes, las acople mal y, por más que esperé a que se enfriase el cilindro final, a pesar de utilizar uno de mis super cuchillos de cerámica japoneses, el corte transversal de la masa era feo, irregular y rugoso. ¡Un desastre!
Así que me di el gusto de hacer como los artistas de las películas, destrozar mi obra en un ataque de irá a base liarme a golpes con el rodillo.
¡Feliz fin de semana!