Ya os he dicho que la receta de galletas de chocolate de Lilaloa es mágica. Cada vez que la preparo introduzco un ligero cambio y siempre siempre consigo galletas deliciosas. El jueves le puse más cacao, mucha más vainilla y aroma de avellana. La cosa quedo así:
· 1 Barra de mantequilla de 250 gr.
· 300 gr. de azúcar molida en la thermomix o sin moler.
· 2 Huevos ecológicos o de corral, esta vez en lugar de elegir los más pequeños, elegí los más grandes.
· 1 Una cucharada de olorosa vainilla bourbon
· 1 Una cucharadita de aroma de avellana
· Un cucharadita de sal
· 90 gramos de cacao en polvo. Yo uso el de la marca Valor.
· 425 de Harina de repostería.
Como siempre mezclamos la mantequilla y azúcar, después le incorporamos los huevos, la vainilla, el aroma de avellana, el cacao y, cuando tengamos una mezcla homogénea, la harina en tres veces. Amasamos un poco, y la dejamos reposar unos minutos. La estiramos bien gordita, 1 cm, entre dos papeles de horno. Y no, no, no: esta vez no la metas en la nevera, necesitamos la masa blandita.
Después cogemos nuestro nuevo cortador de importación, realmente «caro» (1 euro):
Y lo comparamos con la masa estirada pero ¡si es más bajito! ¡Horror! Aun así, lo ponemos encima y apretamos con fuerza y ¡“ta da”! en el centro del cortador aparece un corazón digno de un oso amoroso.
En la foto era todo tan rosa que corté la masa encima de un papel de horno. Pero os recomiendo que lo hagáis sobre un tapete de silicona para que, al levantar el cortador, se quede en el tapete. Sobre papel de horno a veces se queda en el tapete y otras no. Supongo que conocéis, y si no lo sabíais os lo cuento yo ahora, los factores que influyen a la hora de dónde se queda la galleta después de cortarla:
1) Temperatura de la masa. Cuanto más fría esté la masa, hay más posibilidades de que se quede en el cortador lo cual es deseable la mayoría de las ocasiones.
2) La superficie donde cortamos. A la misma temperatura, es más probable que se quede en el cortador si cortamos sobre papel que si cortamos sobre silicona.
Una vez que las tenemos cortadas las metemos en el horno 11 minutos.
¿Por qué les he puesto ese nombre? Porque cuando me comí la primera, y me la comí caliente, me recordó al coulant, sabor intenso, crujiente por fuera y (s)untuosa por dentro. ¡Deliciosa!
Un beso, Miriam G.