Estíbaliz al aparato. Hace unos días fue el cumple de mi maridín (yo no usaba este término, pero desde que conozco a Miriam, mi vocabulario y mis conocimientos se han ampliado considerablemente) y no tenía ni idea cómo hacerle la tarta, así que Miriam me sugirió que se la hiciera con una temática de cine porque es un loco del cine (¿¿¿cómo no se me ocurrió a mí???). Así que me busqué una buena foto de Charlton Heston, su actor favorito (dice que si fuera mujer estaría enamorada de él) y la imprimí en pasta de azúcar.
Para el bizcocho, busqué «vanilla cake» en Google y me salió una receta de Sweetapolita,el fluffy vanilla cake, un bizcocho muy esponjoso (como indica su nombre).
El relleno era un praliné de avellanas de Puratos, el cual tiene varias utilidades: puede extenderse o también puede comerse a cucharadas fácilmente.
Para el frosting, usé la maravillosa nata vegetal de La casita dulce de las flores que se monta sólo con sólo mirarla y, como a mi marido le gusta la moka, le eché una cucharadita de café soluble descafeinado (por aquello de que iban a comer los niños) disuelta en un poco de agua. También le añadí unas gotas de aroma de avellanas.
Ahora venía el dilema: fondant o no fondant. Y me daba una pereza usar el fondant…amasarlo, estirarlo, colocarlo, recortarlo, todo acabado en «arlo». Menos mal que Miriam me hizo comprarme la boquilla 1M de Wilton, así que ¡sin fondant! Y decoré la tarta en «cerocoma». Y aquí veis el resultado, es impresionante (nunca mejor dicho) la calidad de las imágenes en pasta de azúcar:
Y Charlton fue muy amable al sujetar la vela para que la soplara el cumpleañero:
Un beso,
Estíbaliz