En este momento en mi frigorífico está el segundo intento. Yo siempre lo he dicho, el mundo es de los que insisten.
El primer intento acabó en esto:
Las galletas que quiero hacer son completamente diferentes a las que veis en la fotos, las galletas que quiero hacer llevan una capa de glasa y encima de la glasa una cosa, y después otra.
La siguiente foto ilustra mis fallos:
· Fallo número uno: La segunda capa es estrecha dimensión z (profundidad)
· Fallo número dos: la segunda capa es estrecha dimensión x (anchura)
Para solucionar el fallo numero uno intenté echar una capa de glasa finita, pero o la boquilla era demasiado grande, o la glasa demasiado espesa o lo que es más probable, apreté la manga con mucha intensidad, el resultado es que no me quedaba espacio para echar nada más encima de la glasa sin que sobresaliese de la galleta.
Para solucionar el fallo número dos, la segunda bandeja entró en el horno con la masa caliente y un poco remodelada. Por eso tiene esa forma ligeramente ondulada, pero me gusta.
Al final tenía en mi poder 8 ó 9 lienzos en blanco de los que Estíbaliz no quería saber nada. Y me dije: si son lienzos habrá que pintarlos.
Llamé a mi amiga Vanina de Viva la tarta, y le dije, tú eres la artista, ya me dirás cómo hago para conseguir unos preciosos goterones. Su respuesta fue ésta:
Primero te explico la técnica y después hablamos de proporciones y materiales. Se prepara una aguada de acuarela, esto es agua con color. Se coge un pincel redondo de 3 cm y pelo de largo aunque esto no es indispensable. Se lo carga en la aguada, se lo «suspende » sobre el papel y apretando con los dedos (como escurriendo una mini fregona) dejamos caer «gotones» de pintura sobre el papel. Ahora: aunque da la sensación de que solo caen gotas de agua transparente o apenas coloreada, cuando se seca el color de la acuarela se concentra y sale el color. Hay que probar varias veces, proporciones de agua, color, tamaño de gota, hasta pillarle el punto. Cuando las «gotas se superponen, hacen un efecto de transparencia y superposición muy bonito.
¿Cómo lo haría yo sobre glasa? Diluiría colorantes en vodka o un mix entre vodka y agua y haría el mismo proceso con el pincel, buscando la gota y el color. Si voy a superponer gotas dejaría secar la primera antes de aplicar la segunda. En papel , hay que procurar que la gota no deje «charcos», para que no agujeree el papel. Si sucede se «absorbe» un poco de la gota con la punta enrollada de un papel de cocina. Espero haberme explicado con claridad. . TIENE QUE SALIR. Si algo no se entendió, aquí estoy. Besos y éxitos.
Y bien le hice caso en todo, menos en lo de esperar, Dios no me dio el don de la paciencia.
Una mañana entró Estíbaliz en mi despacho y me dijo: «He pensado que como a la que se le da bien la masa eres tú, podrías hacer esas rosas de fondant que se hacen enrollando». Se refería a ribbon roses como éstas. Sí, sí, a mí también me sonó a venganza.
Lo intenté, y no resultaban vistosas ni tan siquiera antes de hornear. Así que probé a hacerlas como explica Alma aquí. Pero las rosas, que eran preciosas crudas, en el horno se venían abajo y salían transformadas en un amasijo, nunca mejor dicho.
Abandoné el proyecto. Y cuando os leía a todas en Facebook, y sin saber de qué se trataba me animábais, pensaba, imposible, se vienen abajo.
Pasaron las semanas y llegaron los de Canal cocina. Preparé tantísima masa de rosas, que me dije, bueno, puedo probar otra vez. Rosas que saben a rosas, merece la pena intentarlo.
Preparé miles de pétalos y sépalos. Con la técnica que ya hemos explicado: la masa a temperatura ambiente se estira hasta alcanzar el grosor de un centímetro aproximadamente. Marcamos con el cortador y enfriamos, para después “desmoldar” con facilidad nuestras pequeñas piezas de masa de galleta.
Formé las rosas más o menos como cuenta Alma , y me dispuse a emplear todas las armas de las que disponía para evitar que mis rosas se vinieran abajo.
· Masa verde de galletas
· Congelador
· Papel de aluminio
· Molde de minicupcakes
Procedí de la siguiente manera:
Coloqué cada rosa sobre una pequeña plataforma hecha de masa verde.
Congelé las rosas. Y congeladas les coloqué papel de aluminio alrededor para que comprendiesen que no debían marchitarse en el horno.
Las metí en capsulas de minicupcakes, dentro del molde y al horno. ¡Funcionó!
Hace poco compramos unos botoncitos de fresa que sabían exactamente igual que el relleno de aquellas galletas: tuvimos que hacer nuestra versión. De eso trata este concurso, de recordar el dulce favorito de nuestra infancia y de elaborarlo dándole un aire nuevo:
¡Libertad creativa total!
Participar es muy sencillo, tenéis que enlazar una entrada de vuestro blog que contenga al menos una foto y una descripción de la preparación, o una foto de facebook que incluya esa descripción. (Marilena: no hace falta tener blog)
Premio, una plaza para nuestro taller virtual de septiembre y un lote de mis galletas y otras cosas con todos los materiales necesarios para realizarlo. Si el ganador o ganadora ya hubiese realizado el taller o no pudiese o quisiese realizarlo, recibirá un lote de material galletil con el doble de contenido.
Plazo, hasta el 31 de Mayo. (Mónica: esta vez te va a dar tiempo)
¿Cómo pongo el enlace? Muy fácil sólo hace falta pulsar el botón «add your link» y rellenar los tres campos que aparecerán, después elegir una foto de las que se nos muestran, y ya está. ¿Nada más? nada más.
¡EXTRA, EXTRA! ¡Noticias de ultima hora! NUEVO TALLER EN SEPTIEMBRE. Toda la información sobre nuestro curso de galletas de decoradas la podéis encontrar pinchando aquí. Y si os animáis a apuntaros podéis hacerlo aquí.
Estos días hemos recibido en nuestro correo cientos de veces, vale exageramos, decenas de veces, la misma pregunta: “¿Qué hacéis para que vuestra masa brille?” Nuestra masa no brilla, pero sí es cierto es que nuestros colores son muy luminosos. ¿Cómo lo conseguimos? Con el doble horneado. Y ¿por qué horneamos dos veces? ¿Por hacerle un guiño al término “biscuit” (cocido dos veces)? No, las galletas y los bizcochos se horneaban dos veces para reducir la humedad que contenían y así prolongar su tiempo de conservación. Nosotras lo hacemos para que no pierdan el color.
Lately, we have received hundreds…ok, let’s not exaggerate, dozens of emails with the same question: ‘What do you do in order to make your dough shine?’. Our dough does not shine, but the truth is that our colours are very bright. How do we get that? With double baking. And why do we double bake? As a wink to the term ‘biscuit’ (twice-cooked)?. No, cookies and cakes were baked twice in order to reduce the humidity and then prolong their preserving time. We double bake so the cookies don’t lose their colour.
Cuando la masa de las galletas alcanza una temperatura, cambia de color y se tuesta, como le pasa a todas las cosas cuando las calentamos de más. Por desgracia este proceso no es uniforme, la superficie se calienta antes que el interior. En el momento que la superficie de la galleta tiene el color que deseamos, justo antes de que empiece a dorarse, que es la forma poética de decir quemarse, el interior de la galleta no está completamente cocido: ¡Menudo problema! Y el problema va creciendo con el tamaño de la galleta. Si ya tenéis cierta experiencia horneando galletas, sabréis que la máxima: “Sacarlas del horno cuando empiecen a dorarse” sólo sirve para galletas pequeñas y medianas, para las grandes, sobre todo si son gruesas, no funciona, hay que esperar un poco más para que no queden crudas por dentro.
When the cookie dough reaches a certain temperature, it changes colour and gets browned, as it happens with any ingredient when we overheat them. Unfortunately this process is not uniform; the surface gets warmed earlier than the inside. In the moment the cookie surface has the colour we desire, right before it starts to ‘get golden’, which is the poetic way of saying ‘get burned’, the inside of the cookie is not entirely cooked: what a problem! And the problem starts to grow with the size of the cookie. If you already have certain experience baking cookies, you will know that the well known saying: ‘take them out of the oven when they start to get golden’ is only valid for small and medium size cookies, for the big ones, most of all if they are thick, it does not work, we have to wait a little more so they don’t get underdone.
¿Cómo solucionamos el problema? Con el doble horneado. Si sacamos la galleta justo justo cuando va a empezar a cambiar de color, su temperatura deja de aumentar. Cuando la volvemos a meter el horno ya estará más frío de lo que estaba, así que nos aseguramos de que la galleta no sobrepasará la temperatura que ha estado a punto de tostarla, y el calor residual del horno terminará de cocerla por dentro y le robará además un poco más de humedad de lo habitual, lo que nos viene de perlas si vamos a ponerle glasa por encima.
How do we solve the problem? With double baking. If we take the cookie out of the oven right when it’s going to change the colour, its temperature stops rising. When we put it back in, the oven will be cooler than it was and this way we make sure that the cookie will not overpass the temperature which has been about to toast it, and the residual heat in the oven will finish baking it on the inside, also taking some more humidity out of the cookie, which is great if we are going to use some royal icing on it afterwards.
Esta técnica requiere práctica y conocimiento de nuestro horno, cuando digo siete minutos, puedo decir ocho o seis medio. El problema es que si nos precipitamos y las sacamos antes de tiempo, ya no hay forma de recuperar la galleta, se queda cruda en el centro. Y si nos retrasamos tendremos deliciosas galletas de color pardo. No sale a la primera, y probablemente tampoco a la segunda, pero sale, os lo aseguramos.
This technique needs practising and a good knowledge of our oven. When I say seven minutes, it could be eight or six and a half. The problem is that if we rush and take the cookies out of the oven before time, there will be no chance to recover the cookies; they will be underdone on the inside. And if we let them in the oven for a longer time, as a result we will get beautiful ‘brownish-colour’ cookies. It doesn’t work the first time, and maybe not even during a second attempt, but we assure you that it works.
Otro pregunta muy repetida es ¿como teñís la masa? No os asustéis, esta vez la respuesta va a ser mucho más corta: ¡Hemos grabado un vídeo!
Another question that we repeatedly get is: ‘how do you dye the dough’? Don’t be afraid, this time the answer is going to be much shorter: we’ve made a video!
Estos días hemos recibido en nuestro correo cientos de veces, vale exageramos, decenas de veces, la misma pregunta: “¿Qué hacéis para que vuestra masa brille?” Nuestra masa no brilla, pero sí es cierto es que nuestros colores son muy luminosos. ¿Cómo lo conseguimos? Con el doble horneado. Y ¿por qué horneamos dos veces? ¿Por hacerle un guiño al término “biscuit” (cocido dos veces)? No, las galletas y los bizcochos se horneaban dos veces para reducir la humedad que contenían y así prolongar su tiempo de conservación. Nosotras lo hacemos para que no pierdan el color.
Lately, we have received hundreds…ok, let’s not exaggerate, dozens of emails with the same question: ‘What do you do in order to make your dough shine?’. Our dough does not shine, but the truth is that our colours are very bright. How do we get that? With double baking. And why do we double bake? As a wink to the term ‘biscuit’ (twice-cooked)?. No, cookies and cakes were baked twice in order to reduce the humidity and then prolong their preserving time. We double bake so the cookies don’t lose their colour.
Cuando la masa de las galletas alcanza una temperatura, cambia de color y se tuesta, como le pasa a todas las cosas cuando las calentamos de más. Por desgracia este proceso no es uniforme, la superficie se calienta antes que el interior. En el momento que la superficie de la galleta tiene el color que deseamos, justo antes de que empiece a dorarse, que es la forma poética de decir quemarse, el interior de la galleta no está completamente cocido: ¡Menudo problema! Y el problema va creciendo con el tamaño de la galleta. Si ya tenéis cierta experiencia horneando galletas, sabréis que la máxima: “Sacarlas del horno cuando empiecen a dorarse” sólo sirve para galletas pequeñas y medianas, para las grandes, sobre todo si son gruesas, no funciona, hay que esperar un poco más para que no queden crudas por dentro.
When the cookie dough reaches a certain temperature, it changes colour and gets browned, as it happens with any ingredient when we overheat them. Unfortunately this process is not uniform; the surface gets warmed earlier than the inside. In the moment the cookie surface has the colour we desire, right before it starts to ‘get golden’, which is the poetic way of saying ‘get burned’, the inside of the cookie is not entirely cooked: what a problem! And the problem starts to grow with the size of the cookie. If you already have certain experience baking cookies, you will know that the well known saying: ‘take them out of the oven when they start to get golden’ is only valid for small and medium size cookies, for the big ones, most of all if they are thick, it does not work, we have to wait a little more so they don’t get underdone.
¿Cómo solucionamos el problema? Con el doble horneado. Si sacamos la galleta justo justo cuando va a empezar a cambiar de color, su temperatura deja de aumentar. Cuando la volvemos a meter el horno ya estará más frío de lo que estaba, así que nos aseguramos de que la galleta no sobrepasará la temperatura que ha estado a punto de tostarla, y el calor residual del horno terminará de cocerla por dentro y le robará además un poco más de humedad de lo habitual, lo que nos viene de perlas si vamos a ponerle glasa por encima.
How do we solve the problem? With double baking. If we take the cookie out of the oven right when it’s going to change the colour, its temperature stops rising. When we put it back in, the oven will be cooler than it was and this way we make sure that the cookie will not overpass the temperature which has been about to toast it, and the residual heat in the oven will finish baking it on the inside, also taking some more humidity out of the cookie, which is great if we are going to use some royal icing on it afterwards.
Esta técnica requiere práctica y conocimiento de nuestro horno, cuando digo siete minutos, puedo decir ocho o seis medio. El problema es que si nos precipitamos y las sacamos antes de tiempo, ya no hay forma de recuperar la galleta, se queda cruda en el centro. Y si nos retrasamos tendremos deliciosas galletas de color pardo. No sale a la primera, y probablemente tampoco a la segunda, pero sale, os lo aseguramos.
This technique needs practising and a good knowledge of our oven. When I say seven minutes, it could be eight or six and a half. The problem is that if we rush and take the cookies out of the oven before time, there will be no chance to recover the cookies; they will be underdone on the inside. And if we let them in the oven for a longer time, as a result we will get beautiful ‘brownish-colour’ cookies. It doesn’t work the first time, and maybe not even during a second attempt, but we assure you that it works.
Otro pregunta muy repetida es ¿como teñís la masa? No os asustéis, esta vez la respuesta va a ser mucho más corta: ¡Hemos grabado un vídeo!
Another question that we repeatedly get is: ‘how do you dye the dough’? Don’t be afraid, this time the answer is going to be much shorter: we’ve made a video!