Hace un par de semanas, enamorada de las millefiori de Fresia Fiori, intenté galletizarlas, todo terminó como recordáis en Violet Disaster o de cómo las cosas no salen siempre bien. Curiosamente este fracaso no me desanimó, y una vez más ¿quién dijo miedo? Volví a enamorarme locamente, de los pompones de Maison Pom Poms.
La baja por maternidad de María la pasé en el sofá con los pies en alto, la niña encima y viendo programas de cocina. En alguno de ellos alguien transformaba fruta fresca en láminas deshidratándola. Pero no había forma de encontrar la maldita receta. A base de buscar fruta deshidratada en todos los idomas que conozco, esto es, algo de castellano y muy poco inglés, llegué a Fruit Leather, un golosina muy popular que yo no conocía. En apenas una hora pasé de no tener receta a tener, literalmente, millones. Dediqué el viernes a leérmelas todas. El sábado por la mañana me levanté y miré de qué fruta disponía en la terraza. Hasta que no llega el calor, conservo la fruta en la terraza pequeña que está cubierta, en la esquina más fresca, dentro de unas cestitas de mimbre. La fruta sabe mucho mejor si no pasa por la nevera.
Todo lo que leí y algo de improvisación, me llevaron a esta receta.
Ingredientes:
• Un kilo y medio de manzanas
• Medio kilo de fresas
• 50 ml de agua.
• El zumo de dos limas pequeñas o una grande.
• Tres cucharadas de azúcar
• Tres cucharadas de sirope claro de maíz. Perfectamente intercambiable por miel, yo no le puse miel porque detesto cómo sabe, lo siento.
Estaba muy muy interesada en el color de las fresas, así que procedí de la siguiente manera: exprimí las limas y las mezclé con el agua. Ya tenía listo mi antioxidante. Cada manzana que pelaba la iba echando a este líquido y trituraba. Cuando acabé con las manzanas, el puré tenía un hermoso color claro, nada pardo.
Añadí las fresas licuadas, el azúcar y el sirope. Esto es lo que obtuve:
Luego repartí el contenido entre dos bandejas de horno. Y las introduje en el horno precalentado a 90º C durante seis horas, con una rendijita abierta para que el agua se evaporase y ¡Ta-da! Listo.
Para hacer los pompones recorté círculos con un cortapastas y los fui uniendo con palillos, más o menos como se explica en este tutorial, pero sin la esfera central.
El resultado además de delicioso es bastante pintón:
Un beso, Miriam G.