Una tarta de cine (súper rápida)

Estíbaliz al aparato. Hace unos días fue el cumple de mi maridín (yo no usaba este término, pero desde que conozco a Miriam, mi vocabulario y mis conocimientos se han ampliado considerablemente) y no tenía ni idea cómo hacerle la tarta, así que Miriam me sugirió que se la hiciera con una temática de cine porque es un loco del cine (¿¿¿cómo no se me ocurrió a mí???). Así que me busqué una buena foto de Charlton Heston, su actor favorito (dice que si fuera mujer estaría enamorada de él) y la imprimí en pasta de azúcar.

Para el bizcocho, busqué «vanilla cake» en Google y me salió una receta de Sweetapolita,el fluffy vanilla cake, un bizcocho muy esponjoso (como indica su nombre).

El relleno era un praliné de avellanas de Puratos, el cual tiene varias utilidades: puede extenderse o también puede comerse a cucharadas fácilmente.

Para el frosting, usé la maravillosa nata vegetal de La casita dulce de las flores que se monta sólo con sólo mirarla y, como a mi marido le gusta la moka, le eché una cucharadita de café soluble descafeinado (por aquello de que iban a comer los niños) disuelta en un poco de agua. También le añadí unas gotas de aroma de avellanas.

Ahora venía el dilema: fondant o no fondant. Y me daba una pereza usar el fondant…amasarlo, estirarlo, colocarlo, recortarlo, todo acabado en «arlo». Menos mal que Miriam me hizo comprarme la boquilla 1M de Wilton, así que ¡sin fondant! Y decoré la tarta en «cerocoma». Y aquí veis el resultado, es impresionante (nunca mejor dicho) la calidad de las imágenes en  pasta de azúcar:

Y Charlton fue muy amable al sujetar la vela para que la soplara el cumpleañero:

Un beso,

Estíbaliz

Fiesta de Navidad con sorpresa

Hoy ha sido la fiesta de Navidad del cole de Germán quien, por cierto, me ha traído unas notas buenísimas. No he podido resistirme a llevar unas galletas de Navidad para los niños de la clase. Para ellos, un elfo y para ellas una mamá noel, todas iguales para evitarnos problemas:

Al profe de Germán le llevé una de las lujosas cestas MEUG con su jamón 5J, su botella de Dom Perignon, su caviar, foie de oca, etc, etc y además una felicitación muy especial en galleta, claro:

Pero claro, tuvo que venir Miriam a mejorar el diseño. Así quedó el modelo pizarra en la galleta para una vecina, mejor dicho, galletón porque medía 13 x 10 cms x 1 cm de grosor para evitar roturas indeseables (aviso, la foto es una de las peores de la historia de la fotografía):

Bueno, pues llegamos a clase para ver la actuación de los niños y, de pronto, entra una chica rubia con el pelo corto muy mona con unos dientes blanquísimos y un tipazo envidiable. Le digo a la mamá que tengo al lado: «Isa, ésa es Pasión Vega». Efectivamente, era ella. Por lo visto, es familiar de un compañero de Germán y vino a ver la actuación del niño. Aguantó pacientemente con una sonrisa en los labios todas las fotos que le hicimos:

Los niños cantaron estupendamente, todos los padres estábamos orgullosísimos de ellos.

Un beso y feliz Navidad,

Estíbaliz

¡Feliz Navidad! (Sí, el gorro les queda grande)

Las galletas de jengibre son deliciosas, sin embargo sólo las hago una vez año ¿Por qué motivo? Por dos motivos, motivo número uno, me las como sin control, motivo número dos, son un poco folloneras.

La receta que utilizo es una adaptación malagueña de la receta inglesa de la suegra de una amiga mía. Dobla y triplica estupendamente, sobre todo si no sois de esas personas que necesitan gastar los  250 gramos de la barra de mantequilla de golpe.

Ingredientes:

  • 150 gr de mantequilla
  • 100 gramos de azúcar blanquilla
  • 50 gramos de azúcar moreno
  • 1 cucharadita de jengibre en polvo
  • 2 cucharaditas de canela en polvo
  • 1 cucharada de pimienta rosa sin moler
  • ½ cucharadita de sal
  • 1 huevo de corral
  • 300-350 gr de harina

Vamos con la preparación. Se muelen los dos tipos de azúcar junto con las especias y la sal, en la thermo, en un molinillo o en lo que tengamos a mano.  Esta mezcla de especias es la que me gusta a mí, y no lleva algo de cayena por las niñas que si no la llevaría, pero podéis probar a ponerle clavo, nuez moscada, pimienta blanca… Le va muy bien la ralladura de naranja.  A mí me gustan suaves de jengibre y con un marcado gusto a canela.

A esta mezcla tan olorosa le añadimos la mantequilla y batimos hasta conseguir la consistencia de una crema: ¡Probadla! Está deliciosa, dan ganas de no seguir con la receta y untarla en un poco de pan caliente. Añadimos el huevo y la miel de caña, volvemos a batir hasta que se integren y finalmente la harina en dos veces. Ahora somos dueños de una masa pegajosa e intratable (¿o ella es dueña de nosotros?), la metemos en el frigorífico durante una hora para que le mejore el carácter. La sacamos, la estiramos entre dos papeles de horno y la volvemos a enfriar.  Y ya, como siempre, cortamos las galletas, las volvemos a enfriar y al horno. Unos diez u once minutos. Éstas me han dado un pelín más de trabajo porque se nos antojó ponerles gorritos de Papa Noel.

Las decoramos entre las tres, miento, las decoramos entre Candela (7 años) y yo (41 años). María nos dejo hacer porque le dejamos que redecorase el suelo de la cocina con todas mis “curcurinas”, es un hecho, mi paga extra la destinaré a reponer mi valioso arsenal de disco dust, y me diréis «pero, si apenas los usas», cierto, pero necesito tenerlos. Y yo por lo menos los estreno, Estíbaliz ni eso.

Al final de la jornada dejé que cada una de ellas decorase sola  una galleta. Éste fue el resultado:

Las manos de estas niñas prometen.

¡Feliz Navidad!
Y un beso, Miriam G.

La receta de la masa y un calendario de adviento muy especial.

Esta entrada es, llamémoslo así, una entrada repetida. Porque este verano publicamos nuestra receta para la masa de galletas, eso sí, un poco camuflada bajo el título Galletas de violeta la receta  http://www.mensajeenunagalleta.com/2011/08/galletas-de-violetas-la-receta/

Pero dado que las condiciones ambientales han cambiado, os vamos a contar cómo hacemos las galletas en invierno, pero la receta es la misma, y la elaboración algo más sencilla.

Lo dije y lo repito, se tarda exactamente lo mismo en preparar una receta despacio que deprisa. Pero si lo hacemos deprisa manchamos más y nos sale peor. Yo siempre pongo todos los ingredientes en unos cuenquecitos de IKEA, como hacen en los programas de Canal Cocina, parece a priori que da más trabajo, pero lo ahorra. Volvamos a los cuenquecitos y veamos qué necesitamos poner en cada uno de ellos:

–          Entre 150 y 175  gramos de azúcar glas.  150 si le vamos poner mucha glasa por encima. Y 175 si no le vamos a poner mucha.  Mucha gente añade harina, para conseguir que las galletas no se deformen en el horno, pero resultan más secas y harinosas. Rebajar el azúcar consigue el mismo efecto y no perjudica el sabor, ni la textura, es más, equilibra la galleta.

–          400 gramos de harina de repostería de una marca que sea bastante blanca. Bien tamizadita.

–          225 gramos de mantequilla a temperatura ambiente. Esto es una barra menos un trocito. Por algún extraño motivo no hay forma de cuadrar la receta si le echamos la barra entera.

–          1 huevo pequeño, ecológico o de corral. (MEUG siempre usa huevos cuya numeración empieza por cero o por uno)

–          Un par cucharaditas de azúcar vainillado.

–          Una cucharadita de sal.

–          Una cucharadita de un buen extracto de vainilla.

Yo preparo la masa con la thermo, pongo la mantequilla, el azúcar, la sal, el azúcar vainillado en el vaso y mezclo, sólo mezclar para no añadir aire a los ingredientes.  Añado el huevo y la vainilla y vuelto a mezclar. Cuando tengo una especie de crema de textura uniforme, añado la harina en dos o tres veces. Saco del vaso y amaso un rato. Sí, amaso un rato, hasta que noto que la masa ya está, entonces la dejo reposar. En verano esto no pasa, porque como la temperatura ambiente es alta, la mantequilla de la masa necesita nevera  antes de que podamos estirar la masa. En invierno, estiro y enfrío la masa, después corto todas, y las meto en la nevera.

Enciendo el horno, lo pongo a 200 grados, espero 10 minutos, lo bajo a 190, meto las galletas, bien separadas y no demasiado cerca de los bordes de la bandeja.  Las horneo unos 7 minutos, las saco justo antes de que los bordes empiecen a dorarse. Y repito la operación con todas las galletas.

Hasta aquí todo normal, hemos conseguido un montón de galletas muy blancas, rojas hoy, y para que engañarnos, un poco crudas, para las fotos muy bien, pero para comérselas, no tanto.

Apagamos el horno, esperamos un poco, y metemos todas las galletas,  en dos bandejas,  ya no importa que estén cerca las unas de las otras. El horno, repito caliente, pero apagado. Las dejamos dentro unos 20 minutos, a veces más, porque depende del tamaño de la galleta.

¡Y voila! ¡MAGIA! Se ponen crujientitas pero siguen blancas o, como en este caso, de un rojo intensísimo.

Os dejo con estas maravillosísimas galletas que Estíbaliz ha hecho para Mireia, la primera ganadora de los minijuegos de MEUG.

Un beso, Miriam G.